Respetado y temido desde Occidente, en su tierra sigue siendo venerado como el líder indiscutible que fue, ¿o no?. Quizás no tanto, pues a pesar de la censura, se han llegado a admitir algunos errores que cometió el gran Mao, y otros aún no se sabrán. Como en todas partes ocurre, supongo.
Pero es indiscutible que tras la Guerra Civil China y la victoria del Partido Comunista de China, Mao iba a llevar a cabo cambios importantísimos en la entonces pobre y ancestral China. Lo primero de todo, como en cualquier régimen totalitario era la imposición radical de la ideología, y así se hizo a través del Gran Salto Adelante. Al principio con ilusión y coordinación se iba logrando desarrollo, pero pronto la ambición pudo más y llevaron a masas de campesinos a la metalurgia. Resultado: acero de mala calidad pues no quedaba materia prima, y por abandonar el campo, grandes hambrunas que pudieron suponer la muerte de hasta 30 millones de personas. Con la Revolución Cultural, pasaría un poco lo mismo. A veces, ideas aparentemente bienintencionadas acababan en una pesadilla absurda e inútil. Como cuando se ordenó matar a todos los pájaros para que no se comieran las cosechas. Todo el mundo colaboró con fe ciega cazando, con trampas, envenenamientos, etc. Los años siguientes, poderosos ejércitos de insectos libres de depredadores camparon a sus anchas reduciendo las cosechas a la nada y provocando más hambre todavía. Además, hubo sus cuotas de desplazados, encarcelados, maltratados, etc, a todo el que desviaba su voz hacia otras ideas…
Pero hubo logros indudables que llegarían a convertir a China, el enfermo de Asia, en el gigante que es hoy: se otorgó al campesino, ciudadano mayoritario, el valor de motor de la revolución y se le dotó de ideas y medios para olvidar el esclavismo feudal y alzarse en unión de lucha de una clase. Así durante su liderazgo, desde 1954 a 1976, año de su muerte, se duplicó la esperanza de vida de 32 a 65 años, y la alfabetización subió del 15 a casi el 90%, etc.
Hoy, además, la figura de Mao Tse-Tung es objeto de merchandising. Quién se lo iba a decir, que desde los confines del comunismo se alzaría un dios capitalista que dominaría el mundo: China, y todo lo que hoy es Made in China.
Pero es indiscutible que tras la Guerra Civil China y la victoria del Partido Comunista de China, Mao iba a llevar a cabo cambios importantísimos en la entonces pobre y ancestral China. Lo primero de todo, como en cualquier régimen totalitario era la imposición radical de la ideología, y así se hizo a través del Gran Salto Adelante. Al principio con ilusión y coordinación se iba logrando desarrollo, pero pronto la ambición pudo más y llevaron a masas de campesinos a la metalurgia. Resultado: acero de mala calidad pues no quedaba materia prima, y por abandonar el campo, grandes hambrunas que pudieron suponer la muerte de hasta 30 millones de personas. Con la Revolución Cultural, pasaría un poco lo mismo. A veces, ideas aparentemente bienintencionadas acababan en una pesadilla absurda e inútil. Como cuando se ordenó matar a todos los pájaros para que no se comieran las cosechas. Todo el mundo colaboró con fe ciega cazando, con trampas, envenenamientos, etc. Los años siguientes, poderosos ejércitos de insectos libres de depredadores camparon a sus anchas reduciendo las cosechas a la nada y provocando más hambre todavía. Además, hubo sus cuotas de desplazados, encarcelados, maltratados, etc, a todo el que desviaba su voz hacia otras ideas…
Pero hubo logros indudables que llegarían a convertir a China, el enfermo de Asia, en el gigante que es hoy: se otorgó al campesino, ciudadano mayoritario, el valor de motor de la revolución y se le dotó de ideas y medios para olvidar el esclavismo feudal y alzarse en unión de lucha de una clase. Así durante su liderazgo, desde 1954 a 1976, año de su muerte, se duplicó la esperanza de vida de 32 a 65 años, y la alfabetización subió del 15 a casi el 90%, etc.
Hoy, además, la figura de Mao Tse-Tung es objeto de merchandising. Quién se lo iba a decir, que desde los confines del comunismo se alzaría un dios capitalista que dominaría el mundo: China, y todo lo que hoy es Made in China.